martes, 31 de julio de 2012

La perversión del Estado de derecho



Lidia Falcón
27/07/2012  http://blogs.publico.es/dominiopublico/

La nueva normativa legal con la que nos amenaza el ministro de Justicia en materia de aborto no solamente traerá mucho sufrimiento a las familias y especialmente a las madres, no sólo significará que se agudicen las diferencias de clase, con la exclusión de las mujeres que tienen menos recursos del acceso a una clínica en buenas condiciones sanitarias en Londres o en Ámsterdam, y que deberán recurrir a abortos clandestinos y sépticos, con sus secuelas de enfermedades, procesos judiciales, quizá prisión para médicos y parteras –no sé si Ruiz Gallardón se propone también encarcelar a las mujeres–, y hasta muertes. Pero puesto que la salud y la felicidad de sus ciudadanos no constituye un problema para la conciencia del ministro de Justicia, lo que sí, desde el punto de vista de un jurista demócrata debería ser motivo de preocupación, cuando no de escándalo, es que fractura gravemente los principios de un Estado de Derecho.

Pero no son únicamente las consecuencias sociales que conllevará la nueva legislación abortiva –será con Irlanda y Malta la más restrictiva de Europa–, lo que pervierte nuestra democracia, es también lo que significa para un Estado de Derecho. Aunque este sea dominado por el aparato que actúa únicamente en defensa de los intereses de las oligarquías de nuestro país, como estamos viendo claramente en la gestión de la crisis.

Desde la transformación que se originó con la Revolución Francesa sobre la estructura del Estado, con el precedente de la Revolución Americana,  la burguesía de los países industrializados y modernos aceptó los principios de división de poderes, distinción entre legislación y administración, demarcación de la esfera pública y de la esfera privada, separación entre Estado y sociedad civil. Y se somete cíclicamente a la elección de su órgano legislativo, que se supone representa la voluntad popular. No entraré aquí en la corrupción institucionalizada que significa la ley electoral, con la que los partidos de las oligarquías y de la burguesía se aseguran siempre el dominio del Parlamento. Pero, aún aceptando –qué remedio– esta distribución del poder, la defensa de las disposiciones de este Gobierno debe apoyarse en que los ciudadanos lo votaron. Este principio está siendo gravemente conculcado con ese proyecto de ley de aborto que prepara el Ministerio de Justicia –por supuesto ya lo está siendo con las disposiciones en materia económica que no existían en el programa electoral del partido que gobierna– donde se revela más nítidamente la contradicción entre lo que la sociedad española desea y necesita, especialmente las mujeres que son las víctimas de esas medidas legales, pero también una buena parte de los hombres que las apoyan, y lo que una casta dominante perteneciente a los sectores más ultras de la Iglesia católica pretende imponer. Y cuyos mandatos son los que Ruiz Gallardón está cumpliendo y que sin embargo no constituye ni el 14% de la población española que es la que las encuestas del CIS dicen que cumple con el precepto dominical de asistir a la Misa. Suponiendo que todos los católicos practicantes estén en contra del aborto eugenésico.

Porque la mayoría de la sociedad española –y bueno sería que convocara un referéndum sobre este tema como se hizo en Italia y en Portugal, siempre aquí las castas gobernantes más ultras y más timoratas– no está de acuerdo con una norma que impida a la mujer abortar un embrión o un feto con graves malformaciones que le harán inviable una vida humana. Porque una vida humana no es la del grumo de células que componen un embrión ni la de un feto sin desarrollar de 22 semanas de gestación. La vida humana, que debería ser más respetada por este gobierno ultracatólico que nos ha tocado en suerte, en forma de ayudas a los que no tienen recursos ni vivienda ni sanidad ni comida, es la que se construye muy lentamente desde el momento del nacimiento hasta la muerte, con la aportación de la sociedad a su propio desarrollo. Y que proporciona a los individuos la capacidad de moverse, de pensar, de decidir sus opciones, de trabajar, de amar, de reproducirse. Esas facultades que un feto malformado no tendrá nunca después de nacer y que en cambio son ya patrimonio de su madre. Nadie, no sólo perteneciente a un mundo moderno y científico, sino únicamente compasivo puede imponer a una mujer que de a luz y cuide toda la vida a un hijo incapaz de desarrollarse como un ser humano consciente. Esa sólo puede ser una opción personal de quien se sienta tan dispuesta al sacrificio como para aceptarla.

Debería ser evidente que una legislación represiva como la que se propone el Ministerio no podrá evitar que las mujeres decidan controlar su maternidad interrumpiendo un embarazo no deseado, y, sobre todo, en el caso de la malformación del feto. Las estadísticas que conocemos desde hace ya treinta años nos explican cómo el número de abortos, alrededor de 100.000 anuales, sigue siendo más o menos el mismo desde la transición democrática. Lo que cambia es el número de las que acuden a las clínicas privadas autorizadas, a la Seguridad Social, a las parteras clandestinas y a los países extranjeros. Y, por tanto, las cifras nos dan un gráfico que nos demuestra de qué modo en nuestro país el Estado aplica una política social que no atenúa, al menos en este tema, los sufrimientos que produce el desigual reparto de la riqueza. Ante las enormes diferencias de renta que padece la sociedad española –una de las más injustas de Europa– las ayudas a las madres y a las familias pobres son insignificantes, y mucho más cuando se están eliminando las subvenciones a los dependientes y a las instituciones que los ayudaban.

Es decir, que el Ministerio de Justicia se propone impedir que aborten las mujeres que sepan que están gestando un feto malformado, sin posibilidad de curación,  y, al mismo tiempo, participa de un Gobierno que elimina centros de internamiento de dependientes, quita las ayudas económicas a las mujeres que los cuidan en el hogar y resta las subvenciones a las ONG que se ocupaban de ellos. Significa exactamente el regreso a un Estado medieval, donde ni el bienestar del pueblo ni la voluntad expresada electoralmente por este podían influir sobre las decisiones del poder.

Porque el Sr. Ruiz Gallardón no puede excusarse en la mayoría absoluta electoral que le concedieron las urnas en noviembre pasado –con el 40% de los votos–, puesto que esta no representa a la totalidad, ni siquiera a la mayoría del electorado. El 60% restante se distribuye entre otros partidos, cuya inmensa mayoría se encuentra mucho más a la izquierda que el PP. Pero es que todo sociólogo sabe, y también, por supuesto, nuestro pueblo, que no todos los votantes del PP están a favor de una represión tan feroz contra las mujeres gestantes como la que se propone el Ministerio. Y lo sabemos los profesionales de diversas disciplinas humanísticas, abogados, médicos, enfermeras, asistentes sociales, porque a nuestros gabinetes y hospitales llegan mujeres, acompañadas tantas veces de su compañero, solicitando un aborto, que se declaran de derechas y hasta católicas.

Porque las organizaciones católicas que no están de acuerdo con las directrices tridentinas de la jerarquía de la Iglesia muestran mucha mayor comprensión con el aborto en determinadas condiciones, una de las cuales es, por supuesto, la malformación del feto, y así lo manifiestan públicamente organizaciones de cristianos de base, y los teólogos Juan José Tamayo, Margarita Pintos y Benjamín Forcano, que han elaborado una doctrina confesional mucho más compasiva con las mujeres que la crueldad con que se manifiesta la Conferencia Episcopal. Porque, en definitiva, apoyarse como hacen los voceros del gobierno, como el secretario de Estado de Justicia, diciendo que el PP siempre está a favor de los más débiles, y por éstos han de entenderse los embriones o los fetos, es apuntarse a la más perversa demagogia. Los más débiles en esta triste competencia son las madres, puesto que solamente ellas pueden detentar el estatuto de seres humanos, y entre la felicidad y la salud de la madre y la de ese proyecto de ser humano que no ha llegado a desarrollarse no puede haber duda en el momento de elegir.

Así se ha entendido hace ya muchos años, desde la declaración de los Derechos Humanos de 1948 y la del Comité de No Discriminación contra la Mujer de 1982 y en las muchas recomendaciones y disposiciones de la Organización Internacional de la Salud, como en las que adoptaron los países civilizados en la IV Conferencia de la Mujer de Beijín en 1995, entre los que se quiere contar España como perteneciente a Europa, donde se establece el derecho de las mujeres a controlar su maternidad y se exige a los Estados que garanticen las buenas condiciones sanitarias públicas para que puedan practicarse un aborto, y donde se defiende una política eugenésica que  evite el nacimiento de 15.000 seres malformados cada año, como sucedía durante la dictadura franquista. Etapa a la que desean vivamente regresar nuestros gobernantes.

“Porque el jurista no es, ni puede ser, un vigilante de un orden establecido –en este caso el de la Iglesia católica– sino que debe ser partícipe del proceso constructivo de una sociedad humana que a través de la ley tiende continuamente a evolucionar”. Exactamente lo que no es nuestro Ministro de Justicia, apegado a los principios represivos de una jerarquía eclesiástica de la Contrarreforma. Y esto no lo digo yo, sino la Memoria del Consiglio Superior de la Magistratura, ya de 1970, titulada Realidad Social y Administración de Justicia, en Italia, país donde vive y reina el Vaticano y su corte, y donde la ley de aborto es mucho más permisiva y liberal que lo será la española.




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lunes, 30 de julio de 2012

Pasaba por allí

JUAN JOSÉ MILLÁS - La nueva España de Asturias - lne.es 29/07/2012

Cuanto más densa es la realidad, más porosos son los medios encargados de contárnosla. A medida que los sucesos se amontonan, los periódicos adelgazan. A más materia informativa, menos periodistas para dar cuenta de ella. Así las cosas, llega Mario Draghi, presidente del BCE, o sea, el banco de Europa, y dice la siguiente obviedad: «El BCE hará lo necesario para sostener el euro». Es como si el presidente de Coca-Cola hiciera una declaración solemne para asegurar que Coca-Cola apoyará a la Coca-Cola. Una idiotez, en fin. Se nos ocurre a usted y a mí, que somos unos piernas. A un servidor le nombran mañana presidente de la Renault y lo primero que se le ocurre es manifestar que la Renault está a favor de la Renault.


Pues, bien, los mercados reaccionan a la declaración absurda de Draghi aflojando un pelín la presión del tornillo sobre nuestros gaznates. Quiere decirse que la prima de riesgo, en el caso de España, pasa de los seiscientos y pico puntos a los quinientos y muchos. Como si el cirujano entrara en su habitación y le dijera:


-Enhorabuena, ya no le vamos a amputar la pierna por aquí, sino un centímetro más abajo.


Vale, un centímetro está bien, pero no es como para que los telediarios abran diciendo que la prima de riesgo se desploma. Los que continuamos desplomándonos, y deslomándonos, somos nosotros, usted y yo, que no nos hemos metido con nadie.


No es todo. Llega Rato al Parlamento para explicar el agujero de 25.000 millones de Bankia, antes Caja Madrid, y recomienda que preguntemos al Banco de España y a las consultoras que redactaron los estudios independientes, porque él pasaba por allí. Vio el accidente, desde luego, ya que había salido a comprar tabaco en el momento del golpe, pero no se detuvo mucho tiempo. Vale, tío, eres un genio, siempre te pillan de paso. En el mismo telediario, hecho por cuatro gatos, los cuatro becarios de este año, aparece el que fuera el gran jefe de Novacaixagalicia, que en tiempos debió de ser Caixagalicia, o así, y asegura que él carecía de responsabilidades ejecutivas. Estaba de adorno, aunque cobraba como si hiciera algo. Pregunten a otros.


¿Les apetece un postre? Ahí va: el juez Dívar, obligado a dimitir por corrupto, será indemnizado. Pobre.


http://www.lne.es/vida-y-estilo/gente/2012/07/29/pasaba/1277285.html

martes, 17 de julio de 2012

Los ricos y los defraudadores, primero

JUAN JOSÉ MILLÁS - 16/07/2012 - La opinión de la Coruña

Si lo hemos entendido bien, la democracia ha sido suspendida hasta nueva orden. Usted puede votar a quien quiera, pero, gane quien gane, el presidente del Gobierno español, lejos de obedecer a sus ciudadanos para los que supuestamente trabaja y de los que evidentemente cobra, se cuadrará ante Alemania, ante Bruselas, ante los mercados o ante cualquiera otra de las abstracciones con las que venimos denominado a los golpistas que han usurpado la soberanía del poder popular.

Si lo hemos entendido bien, el candidato a las elecciones generales, una vez en Moncloa, podrá incumplir punto por punto el programa electoral presentado a los contribuyentes sin sentirse obligado por ello a dimitir, a convocar elecciones o a pedir perdón. Bastará con que diga que es un mandado, como hizo Rajoy el miércoles en el Parlamento. Lo de "soy un mandado" cuadra muy bien con nuestra idiosincrasia, signifique lo que signifique idiosincrasia.
Habíamos sido un país de mandados hasta ayer y ahora volvemos a donde solíamos por pura nostalgia de las cadenas.

Si lo hemos entendido bien, en el futuro, el programa electoral se limitará, para salvar las apariencias, a una declaración de buenas intenciones con las que al día siguiente de la contienda electoral nos limpiaremos el culo en una suerte de aquelarre colectivo que funcionará a modo de catarsis, signifique lo que signifique catarsis. Si lo hemos entendido bien, Rajoy ha devenido ya en un ordenanza, en un conserje, en un sargento chusquero, no sé, de Merkel a quien en el futuro le servirá el café y le hará los recados. No preocuparse, doña Angela proviene de la Alemania oriental de antes de la caída del muro y conoce los peligros de la burocracia soviética, de modo que cuando le ordene hacer esto o lo otro lo hará con conocimiento de causa, no por el mero placer de mandar. Lo sorprendente es que Rajoy haya aceptado el trabajo de recadero con esa sumisión cuando se escandalizaba de la falta de soberanía de Zapatero que, comparado con él, era en esta Europa basura que estamos construyendo un verdadero emperador.

 
Si lo hemos entendido bien, estamos naufragando y lo que intenta Rajoy es que abandonemos el barco con cierto orden. Los ricos y los defraudadores, primero.

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2012/07/16/ricos-defraudadores/627840.html

domingo, 15 de julio de 2012

¡Que se jodan!


La cosa ha quedado bastante clara. Estamos donde estábamos. En 1789 y en 1936. Una minoría oligárquica, un conjunto de privilegiados que explotan, parasitan y viven a costa de una amplia mayoría y que están dispuestos a eternizarse en esta situación. Desde las falsas e ilegales mayorías. Desde las leyes injustas y desde los medios de desinformación de masas.
O ellos o nosotros. Es la lucha de clases, idiotas. Esos niñatos engominados que con corbatas verde acuden al Congreso, esas muñecas peponas bronceadas con rayos uva, hijas de su franquista y corrupto padre y de su p…epera madre, que aplauden y jalean que se le recorte la prestación a los parados, que se suba el IVA a los servicios funerarios, que mandan a Cuba a los sindicalistas e insultan como vagos a los desempleados. O ellos o nosotros. Y pasaran meses, años, bienios o trienios, pero vamos a ser nosotros.
¡Que se jodan ellos! Si, que se jodan, cuando los veamos correr buscando un agujerillo por la Castellana o por el Paseo de Gracia, perseguidos como lo que son, malnacidos, delincuentes y vividores de lo ajeno. Lo vimos en la película Novecento y lo veremos en vivo. Pasará un tiempo, indefinido, pero pasará.
Han disimulado su real ideología, sus principios y sus intenciones. Le llaman crisis a su monumental estafa, hablan como un microsurco rayado de la “herencia recibida”, pero su objetivo único era desposeer de derechos a los trabajadores, atracar a las clases populares para que paguen sus deudas privadas, las de sus bancos y las de sus burbujas inmobiliarias, los tributos que dejan de pagar con sus SICAVs, con sus amnistías fraudulentas y aplaudir e insultar desde sus casposas escaños de representantes de su merde.
He aquí el trajín central del franquismo español, nunca enterrado, al que le “toca” una decena de veces la lotería con décimos que compran después del sorteo, que cobran dietas como diputados por Castellón cuando viven en una urbanización de lujo en el Madrid más facha, que no pueden mentir y robar más y que toda su ideología se guisa en un perol con tres condimentos: insolidaridad, reaccionarismo y fraude.
Vivimos en su mismo caldo. Sus monarcas y sus iglesias, contemplan, intocables, como se pudren los demás. Una altanera destemplanza de representantes de no se sabe que.
Una ministra italiana, de derechas, lloró, sincera y amargamente, cuando tuvo que anunciar unas medidas contra la población civil, otra, una vicepresidenta de una tómbola, hija de un generalote golpista y chapucero, sonreía, feliz, cuando se anunciaban las mismas medidas en su país. Hay, hasta distintas formas de ser de derechas. Y a nosotros nos han tocado las peores.
O ellos o nosotros. Y seremos nosotros.
Y se joderan, ellos. 

 http://lucasleonsimon.wordpress.com/2012/07/15/que-se-jodan/

martes, 10 de julio de 2012

Feliz verano

Es el tiempo de la felicidad. Apúrenlo y no piensen en el invierno que nos espera.

ALMUDENA GRANDES 9 JUL 2012 - El País


Hay muchas cosas buenas que salen gratis. Pasear por la mañana temprano, cuando el sol es tierno, tímido como la brisa que coquetea con las hojas de los árboles. Caminar de madrugada por calles tan llenas de gente como en los mediodías del invierno, para asombrarse de la euforia silenciosa de las parejas que se besan en los bancos, o apoyadas en los pilares de las plazas porticadas. Los que viven cerca del mar lo tienen fácil, pero también es una fiesta meter en una tartera la comida prevista para consumir en casa, despacharla sobre una manta, en la hierba de algún parque, y tumbarse después a la sombra. Asistir a los conciertos de las bandas que suelen tocar en quioscos de parques y plazas mayores los domingos por la mañana. Y frecuentar las bibliotecas públicas, mientras duren.

Hay muchas cosas buenas que salen muy baratas. Una botella de vino para beberla despacio, en casa, al atardecer y entre amigos. Un buen libro de bolsillo, que proporciona una emoción que dura más que el vino y cuesta casi lo mismo. Un cine de verano, el lugar ideal para hacer manitas. Una ración de ensaladilla rusa y dos cañas, en la terraza de un bar cualquiera, antes o después del cine de verano. Enamorarse es un milagro todavía más barato, tan caro que, sin embargo, no se puede fabricar.

El verano es el tiempo de la felicidad. Apúrenlo y no piensen en el invierno que nos espera. Porque nuestros abuelos lo tuvieron muchísimo peor que nosotros y si no hubieran vivido, si no hubieran sabido disfrutar de la vida, si no se hubieran enamorado en tiempos atroces, nosotros no estaríamos aquí. Si existe una cosa que sabemos hacer bien los españoles es ser pobres. Lo hemos sido casi siempre, pero eso no nos ha hecho más desgraciados, ni más tristes que los demás. Recuérdenlo y sean felices, porque la felicidad también es una forma de resistir.


http://elpais.com/elpais/2012/07/06/opinion/1341572523_809224.html

domingo, 8 de julio de 2012

Titularidad y fiscalidad de la mezquita

RAFAEL MIR 08/07/2012 Diario Córdoba

Desde hace muchísimos años y hasta hace relativamente pocos la Mezquita de Córdoba figuraba en la lista de bienes del Patrimonio Nacional que obraba en la Delegación de Hacienda, según vieron personas que aún viven y que pueden atestiguarlo. A esta evidencia siguió lo que solo es un rumor difícilmente comprobable: un funcionario más fiel a su Iglesia que a su función hizo desaparecer la lista o aquella parte de la lista.

Esta desaparición y, en mayor medida, la modificación del artículo 206 de la Ley Hipotecaria (en 1998) que autoriza la inscripción registral a nombre de la Iglesia Católica de bienes de los que careciera de título de dominio, con la sola certificación del diocesano, permitió inscribir la Mezquita como propiedad de la Iglesia el dos de marzo del 2006 en el registro de la propiedad número cuatro de Córdoba, mediante un trámite que no superó el costo de 30 euros.

El día seis de este junio recién pasado se debatía en el Senado una proposición de ley para la modificación del citado artículo 206 de la Ley Hipotecaria, y en el debate, el senador Joan Saura subrayó como ejemplo extremo del absurdo a que podía llevar en su actual redacción, que la Mezquita de Córdoba, construida en el siglo VIII, es propiedad de la Iglesia Católica desde el año 2006 "porque la registró como suya sin ningún trámite de información publica", lo que calificó de "absolutamente escandaloso".

Si parece el adjetivo excesivo, substitúyase por el de discutible. Porque la discusión en este terreno del César es racionalmente posible e incluso deseable. Pero no se involucre la religión en el debate, porque lo religioso está en la otra orilla; ésta en la que andamos es la de lo terrenal. No es cuestión de tenencia o de falta de fe; se trata lisa y llanamente de una cuestión exclusivamente de derecho, de justicia, y de razón.

Otra cosa es, y ésta si puede estar inmensa en el ámbito de lo escandaloso, la fiscalidad de la Mezquita-Catedral. Que cuando a todos, moros y cristianos, se nos exprime la cartera --ya exhausta de antes-- y entre otros agobios se nos sube el IBI, no pague ni un céntimo el edificio urbano mayor de la ciudad de Córdoba --más de 23.000 metros cuadrados-- ¡tiene bemoles!

No se nos diga que es porque está dedicado al culto, porque al culto solo se le dedica un mínimo de tiempo y un mínimo de espacio. Recuérdense las apreturas que se sufren en la parroquia de "El Sagrario" inserta en la Mezquita, cuando hay bodas o entierros de nutrida asistencia: los asistentes encerrados entre unas verjas de hierro infranqueables, que impiden que el devoto se convierta en visitante, porque para serlo hay que pasar por taquilla y dejar 8 euros por el ticket y más de 15 si es por visita guiada y nocturna. Y no estamos hablando de minucias: en 2011 visitaron la Mezquita-Catedral 1.293.635 personas y 26.911 fueron los visitantes nocturnos. ¿Se pagan tributos por estos cuantiosos ingresos que convierten a la Mezquita en el negocio de la provincia de Córdoba más próspero? ¿Qué porción de ellos se destinan a la conservación y restauración del edificio?

Porque de todos es sabido que las muy costosas obras de mantenimiento y restauración que se realizan en la Mezquita cada año son costeadas en su mayor parte por la Administración Pública: Junta de Andalucía y Estado. ¿Para eso no es propietaria la Iglesia?

Si no fuera porque casi a diario compruebo la cerrazón de algunos, me ahorraría la siguiente puntualización: nada de lo escrito ni de lo que mucha gente piensa, --los que piensan bien en serio y dicen poco--, impide que la catedral católica incorporada a la Mezquita, que es muy bonita aunque no esté entre las mejores de España, --la Mezquita sí está entre las mejores del mundo-- siga cumpliendo su función religiosa, e incluso que el escaso espacio que ocupa en el total de la mezquita, quede libre del IBI, aunque solo sea por el tiempo que reste de vigencia al Acuerdo con la Santa Sede de 1979 o a la paciencia de la UE, que ya escuchó la denuncia de los contribuyentes italianos contra los privilegios fiscales de la Iglesia.

Y es que, como ha escrito José Joaquín Castellón, profesor del Centro de Estudios Teológicos de Sevilla, en un artículo, que tengo a la vista, sobre el IBI y la Iglesia católica, "...nadie, en una sociedad democrática, tiene derecho a privilegios". Pero como afirmó el cardenal Bagnasco: "La evasión fiscal es un cáncer social".


http://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/titularidad-y-fiscalidad-de-mezquita_728382.html