Almudena Grandes


"Tinieblas"  Cadena Ser 27-06-2014

Quienes acostumbramos a mirar al pasado, solemos especular con aquello que verán en nosotros los historiadores del futuro. Vivimos acontecimientos propicios para estos cálculos, porque cada día pasa algo que refuerza la discrepancia entre los criterios del poder y los de la ciudadanía, discrepancia que, a su vez, está en la base de la crisis institucional que atravesamos, un conflicto que, a diferencia del económico, nunca se resolverá por sí solo.

El gobierno consigue para Juan Carlos I un aforamiento excepcional, excepcionalmente veloz y chapucero, que afecta a todas las épocas de su vida pública y privada. Desde su posición, han logrado resolver un problema, pero en realidad han provocado otro mucho más grave. No hay decreto posible capaz de neutralizar las sospechas de los ciudadanos, sus razonables hipótesis sobre el origen de tantas prisas. Con la imputación de Cristina de Borbón pasa algo parecido. La apresurada actuación del fiscal Horrach es mucho más eficaz para sembrar dudas sobre la imparcialidad de la justicia que para argumentar la presunta parcialidad del juez Castro. Y yo me pregunto... ¿Es que no lo ven? ¿No comprenden que el reconocimiento de un hijo ilegítimo, o la apertura de un juicio oral, harían mucho menos daño a la Corona que la espesura de estas turbias tinieblas? Y no me refiero a la renovación que prometió Felipe VI en su discurso, sino a algo mucho más grave. Porque lo que demuestran estas decisiones es la intrínseca dificultad que implica compatibilizar la Monarquía con un estado democrático y de derecho.

http://www.cadenaser.com/espana/articulo/columna-almudena-grandes-tinieblas/csrcsrpor/20140627csrcsrnac_7/Tes

"Mi 22-M" - 28-03-2014 cadenaser.com

Salí de casa andando a las cuatro menos cuarto y en la Gran Vía me topé con la columna que venía de Extremadura. En Sol vi tantas pancartas como si la manifestación arrancara de allí. En Tirso, me rodearon las banderas negras y seguí a la CNT hasta Antón Martín. Por fin, en una Atocha tomada por la gente, familias con niños, cochecitos de bebé, gritos y cánticos, escuché tres explosiones. Estos son los de Valencia, me informaron, que no saben estarse quietos... El aroma festivo de la pólvora se disipó enseguida y durante cuatro horas y media, que se dice pronto, no pasó nada más. A las ocho y cuarto me volví a casa dando un paseo, cansada y satisfecha. Cuando encendí el televisor, no pude creer lo que estaba viendo.

Esta es mi verdad, el testimonio sincero de lo que yo viví el 22-M. Cientos de miles de españoles -tantos como los que abarrotaron Colón en aquella legendaria visita del Papa- pueden ofrecer un relato semejante, porque vieron y vivieron lo mismo que yo. Qué curioso que, una vez más, nuestra versión no valga un pimiento. Qué curioso que, a destiempo, unos pocos radicales perfectamente adiestrados y organizados -¿y por quién?, me pregunto yo-, arruinaran el efecto de la convocatoria. Qué curioso que los mandos policiales dejaran aislados a treinta agentes, mientras muy cerca, otros quinientos contemplaban impotentes lo que ocurría sin que les dieran permiso para intervenir. Qué curioso todo esto, ¿verdad, señora Cifuentes? Usted y su partido le deben tanto, pero tanto, a los violentos, que ni sus militantes habrían podido hacerlo mejor.

http://www.cadenaser.com/espana/articulo/columna-almudena-grandes-22-m/csrcsrpor/20140328csrcsrnac_4/Tes


"Una barbaridad"  17.1.2014 Cadena ser

El ayuntamiento de Burgos cierra un guardería pública porque no tiene 13.000 euros para repararla, pero pretende gastarse 8 millones en un bulevar. Todo lo demás es superfluo, porque el cierre de la guardería no aparecía en el programa electoral del PP. Los 20.000 euros que iba a costar cada plaza de garaje de un aparcamiento financiado con dinero público, tampoco. Y el pelotazo que el proyecto iba a suponer para un constructor previamente condenado por corrupción, mucho menos. Así que no hay nada que discutir. Los motivos de los vecinos del Gamonal están más claros que el agua. La violencia, no.

El secretario de estado de Seguridad declaró hace unos días que los disturbios habían sido responsabilidad de radicales profesionales, llegados de media España. Pues bien, ¿dónde están? Supongo que la policía los tendrá fichados, pero yo no he encontrado sus fotos ni he leído sus nombres. Lo que sí he visto es el ejército de antidisturbios que escoltaba la manifestación de Madrid. Y sólo con verlos, ya sabía que iba a haber contenedores ardiendo y detenidos antes de que nadie se subiera la capucha. ¿Soy adivina? Les aseguro que no.

¿A qué estamos jugando? ¿Dónde están los irresponsables, los antisistema, los que atentan contra el estado de derecho? ¿Y la Fiscalía? Si las palabras nunca son inocentes, ¿por qué no se exige a un cargo público que justifique sus afirmaciones o afronte las consecuencias? El gobierno abusa tanto de este argumento que, si las declaraciones del secretario de estado no se aclaran, acabaremos pensando una barbaridad. Que este señor, más que mentir, delira. O aún peor, que los radicales están en la nómina de su ministerio.

http://www.cadenaser.com/espana/articulo/columna-almudena-grandes-barbaridad/csrcsrpor/20140117csrcsrnac_7/Tes

El túnel del tiempo   27-12-2013 Cadena Ser

Mi abuela Rosa las pelaba una por una, las despojaba de sus pepitas y me las daba en una taza. Tú siéntate aquí y fíjate en mí, que no me equivoco nunca. Es muy importante que te comas las uvas bien, para que el Año Nuevo te traiga mucha suerte...

Ha pasado mucho tiempo, pero cada 31 de diciembre me acuerdo de mi abuela. Este año la recordaré como siempre y mucho más, porque no sé muy bien donde me va a desembarcar la última uva. Alberto Ruiz Gallardón ha excavado un túnel del tiempo para devolverme a una falsa adolescencia, tan amarga por falsa como por imposible. Los más jóvenes no lo entenderán, pero para los españoles, y sobre todo para las españolas de mi edad, la reforma de la ley del aborto representa mucho más que un simple cambio legislativo.

Nosotros crecimos en un país anormal, la finca de unos señores que la habían conquistado a sangre y fuego para administrarla según su voluntad, sin pedir la opinión de quienes vivían realquilados en su propiedad. A ese país, desgajado de una realidad universal que lo ignoraba y lo despreciaba, para recibir la misma moneda a cambio, nos ha devuelto la soberbia del ministro de Justicia. Su reforma implica un conflicto moral, mucho más grave que el que expresan los sofismas a los que recurre para maquillar de crisis de conciencia un gesto intolerablemente autoritario. Así despedimos 2013. Ustedes sigan los consejos de mi abuela, cómanse las uvas muy bien, y deseen volver a vivir en un país normal, y ya, por pedir, en una verdadera democracia. Aparte de eso, yo les deseo de corazón que sean felices en 2014.

http://www.cadenaser.com/espana/articulo/columna-almudena-grandes-tunel-tiempo/csrcsrpor/20131227csrcsrnac_2/Tes


"Ilegales"

22-11-2013 cadenaser.com

Hace un par de días experimenté todo un fenómeno paranormal. Mi hija se ponía el abrigo para acudir a la enésima manifestación contra la ley Wert, y de repente me convertí en mi madre. Una palanca íntima, inaudita, me levantó de la silla, me empujó hacia el recibidor y puso en mis labios palabras que no eran mías. Ten cuidado, no provoques a la policía, no te metas en líos y llámame en cuanto que llegues al metro. Y a mí... ¿de qué me suena esto?, me pregunté.

Cuando yo tenía la edad de mi hija, España salía de una dictadura cuyas leyes aún estaban en vigor. El saldo de casi cuarenta años de democracia no es tanto la resurrección de viejos miedos, como la consideración que el Estado muestra por los ciudadanos. Si un ministro promueve una reforma que une en su contra a todos los afectados, la respuesta democrática debería consistir en replantear esa ley. El gobierno de España, en cambio, va a promover otra, la de Seguridad Ciudadana, para poder detener a cualquier manifestante al que se le ocurra ponerse una capucha.

Las democracias no tratan a los opositores como delincuentes, no buscan anularlos por el miedo, ni privarles de sus derechos fundamentales. Esos son objetivos propios de las dictaduras. ¿En qué país vivimos? La próxima vez que protejan el Congreso, igual se les ocurre llenar las alambradas de cuchillas, como las que para nuestra infinita vergüenza han colocado en la valla de Melilla. Y así, día a día, con independencia del lugar donde hayamos nacido, crece el número de los ilegales que vivimos en España.

http://www.cadenaser.com/espana/articulo/columna-almudena-grandes-ilegales/csrcsrpor/20131122csrcsrnac_5/Tes



La mujer perfecta

Hoy por hoy - Cadena Ser - 4/101013

Era la mujer perfecta. Por su tenacidad, por su resistencia, por su peluquería, por su maquillaje, por su habilidad para combinar prendas y complementos al entrar en su juzgado como si avanzara por una alfombra roja.
Abanderada de una feminidad empachosa, su estética empezó a inquietarme mucho antes que su ética. Una madre de familia, con un empleo exigente, cuyo rostro jamás revela el menor signo de cansancio físico a las ocho de la mañana, o no es humana, o no es de fiar.
Ahora ya tenemos indicios contundentes de que Mercedes Alaya no es de fiar. La Fiscalía Anticorrupción la ha censurado con una dureza insólita, por haber dilatado sin motivo la instrucción del caso Mercasevilla, hasta lograr que prescribieran los delitos de dos imputados, que casualmente son hermanos de la ministra de Empleo, Fátima Báñez.
Les prometo que no voy a hablar de los jueces todas las semanas, pero comprenderán que hoy me pregunte, ¿y ahora, qué? La trayectoria previa de Alaya y este nuevo escándalo consolidan la impresión de un estado donde el poder judicial parece directamente sometido a los dictados del gobierno. ¿Se puede llamar a eso democracia? El viernes pasado me acordé de Cicerón. Hoy, recuerdo a Montesquieu. ¿Y el próximo? Al menos, la verdad sobre Alaya reconfortará a las mujeres imperfectas de España, todas esas madres con ojeras que salen de casa sin haber tenido tiempo para peinarse, y se pintan de mala manera en la parada del autobús.


http://www.cadenaser.com/espana/audios/mujer-perfecta/csrcsrpor/20131004csrcsrnac_10/Aes/


La alegría

"Para el gobierno del PP, la exclusión social no es un riesgo, sino un insignificante daño colateral del que nadie debe hacerse responsable"
ALMUDENA GRANDES 15 ABR 2013 - El País

Lo peor ni siquiera es el cinismo. Invocar la inviolabilidad del hogar o la edad del hijo de la vicepresidenta del Gobierno para condenar los escraches, implica consecuencias más graves. Estas declaraciones explicitan que la sensibilidad de quienes se sienten agredidos se limita a los miembros de su propio grupo. Así, el hogar de los desahuciables se puede, y se debe, violar con una ley injusta en la mano, y sus hijos, igual que los de los proletarios del siglo XIX, no cuentan como bebés. Para el Gobierno del PP, la exclusión social no es un riesgo, sino un insignificante daño colateral del que nadie debe hacerse responsable.

Permítanme, por tanto, que levante la voz para aclamar el decreto de una consejera de IU, que aplauda con fervor la iniciativa de la Junta de Andalucía, la única medida que se ha tomado en España desde hace mucho tiempo para proteger un derecho constitucional esencial de los ciudadanos. A pesar de las constantes intoxicaciones, de las retorcidas interpretaciones que ha inspirado, esta disposición —equiparable por otra parte a las normas que penalizan a los propietarios de viviendas desocupadas en muchos países de la UE— tiene un valor que excede con mucho su propia aplicación.

No se podía hacer nada, decían, pero resulta que sí se puede. Ha muerto la política, decían, y miren por dónde, acaba de resucitar. Todos son iguales, decían, y sin embargo han dejado de serlo. Báñez le mete un hachazo a las pensiones por decreto mientras sus portavoces critican que Cortés escoja la vía del decreto para atacar a bancos y especuladores. Lo peor no es el cinismo. Lo mejor es que una Administración haya sabido reaccionar para sacarle los colores de la vergüenza a todas las demás. Y el fin de la cantinela del voto útil. Y la alegría de encontrar en la unidad de la izquierda una puerta abierta hacia el futuro.


http://elpais.com/elpais/2013/04/12/opinion/1365761798_472767.html


Un chiste
ALMUDENA GRANDES El País 18 FEB 2013
Un amigo le dice a otro: ¡Jo, macho, qué mala suerte tengo! Ya ves, a la infanta Cristina le ingresa su marido unos millones en la cuenta y no se entera. La ministra de Sanidad ve un Jaguar en su garaje y ni pregunta. Y a mí, el viernes pasado, se me ocurre invitar a mis colegas a unas rondas después de cobrar la nómina, y al llegar a casa resulta que mi mujer no solo lo sabía todo, sino que encima me montó un pollo que no veas...

Como chiste, es estupendo. Como realidad no tiene ninguna gracia, pero eso no significa que sea triste. Es peor. Pude comprobarlo el otro día gracias a Ana Mato, que alegó en el Congreso que su persecución implica un retroceso de décadas en la consideración de la igualdad de género, porque se la está haciendo responsable de las acciones de su marido. Dejando de lado conceptos como amor, cariño, complicidad, solidaridad, lealtad y, sobre todo, decencia, el argumento me pareció tan chusco que intenté reírme, pero no pude. Como diría un poeta, el insuperable cinismo de la ministra había cubierto mis labios de escarcha.

Algo parecido me pasó días después con Victoria Álvarez, la antigua amante —¡cuántas ex, últimamente!— de Jordi Pujol hijo, mientras la oía preguntarse en voz alta, a cuenta del espionaje que padeció, en qué clase de país vivimos. Me habría encantado explicarle que vivimos precisamente en el país donde ella asistió durante años a un trasiego incesante de billetes de 500 euros entre Barcelona y Andorra sin decir ni mu, pendiente solo de las comisiones que se le pudieran quedar entre las uñas. Un país en el que los delincuentes, espías y/o espiados, siempre encuentran la ocasión de hacerse pasar por víctimas. Un país donde, dentro de poco, cuando el último joven con talento haya tenido que emigrar por culpa de chorizos como ella, perderemos incluso el consuelo de los buenos chistes.

http://elpais.com/elpais/2013/02/15/opinion/1360931915_444288.html

 La manta   El País - 21-01-2013

 

Forma ya parte de nuestras vidas. Que si Camps, que si Fabra, que si Costa, que si te digo yo que no, que si la trama madrileña, que si Gürtel, que si Brugal, que si Campeón... Desde que el juez —que ahora ya no lo es, ¡qué curioso!— Garzón empezó a seguirle la pista a los abogados de Correa, todos sabíamos que alguien, algún día, iba a tirar de la dichosa manta.
Ese pedazo de tela rancia y pestilente parecía encubrir la culpa de los corruptos, el entramado de responsabilidades compartidas por quienes han esquilmado este país en su propio beneficio, ladrones de guante blanco capaces de invocar la soberanía popular y el Estado de derecho para afirmar en público su inocencia, mientras en privado recurrían a un principio mafioso, mucho más eficaz. Si tú cuentas lo mío, yo cuento lo tuyo. Entretanto, aquí ha pasado de todo, tribunales recusados, fiscales desautorizados, sentencias incomprensibles, leyes redactadas a la carta, sumarios que se perdían, testigos que se arrepentían, procesos que explotaban en el aire como pompas de jabón... Así hemos llegado a este amargo final.
El abogado de Bárcenas ha dicho que su cliente aprovechó la amnistía fiscal de Montoro para blanquear su patrimonio personal, 10 millones de euros de los 22 que tenía en Suiza. Hacienda intentó desmentirlo y Bárcenas tiró de la manta, recordando en voz alta los sobres llenos de dinero —¿y por qué no dice quién se lo daba?— que repartió durante años, mientras ocupó el cargo de tesorero, por los pasillos de la sede del PP. Esa revelación resuelve el misterio de que haya ganado 10 millones en tan poco tiempo, desde luego, pero plantea un enigma más perverso. Porque, al salir volando, la manta ha dejado al descubierto la insoportable sensación de que quienes seguimos viviendo en la intemperie somos los ciudadanos de a pie. Los de siempre.

Feliz año nuevo El País 31-12-2012
 
Empezamos mal, lo sé. La detestable herencia de 2012 proyecta una borrasca de negros nubarrones sobre nuestras cabezas. Hemos dado sangre, sudor y lágrimas, a cambio de más sangre, de más sudor y de más lágrimas, pero todavía quieren más, aún dicen que no es suficiente. Que, de momento, no van a subir el IVA, así que lo subirán. Que quizás ha llegado el día de revisar el derecho a la huelga, así que lo limitarán. Que tanta manifestación da muy mala imagen de nuestro país, así que buscarán una fórmula para seguir despojándonos de nuestro patrimonio, vendiendo empresas públicas, desmontando servicios, deteriorando la democracia y endureciendo las condiciones de vida de los más débiles, sin que la gente salga a la calle a protestar. Ahora la estupidez sucede al crimen. Nada tan oportuno como este viejo verso de Luis Cernuda para saludar al año que empieza.

Y sin embargo, yo les voy a pedir que sean felices. Que busquen en su interior la llama de una ilusión pequeña, pero tenaz, y la alimenten con mimo durante los 365 días que nos esperan. Que se cuiden, y cuiden a los que tienen cerca. Que sonrían a los adultos, que les hagan cosquillas a los niños. Que canten viejas coplas, alegres o nostálgicas, y bailen agarrados, que se besen mucho, todo lo que puedan, y se esmeren en cocinar platos sabrosos, barrocos, para disfrutarlos juntos en mesas vestidas con manteles blancos. Que aprovechen las mañanas de sol y las tardes de lluvia. Que se muestren orgullosos de su amor. Que lo derrochen.

La amargura nos hará débiles. La indiferencia, la desesperanza, la desunión de las víctimas, fortalece siempre a los culpables. No lo consientan. No les dejen entrar en su casa, emborronar sus paredes, secar sus macetas, acechar el sueño de sus hijos. Sean fuertes, por favor, y sean felices. Porque la felicidad es la mejor manera de resistir.





Feliz Navidad
El País - 24 de Diciembre de 2012


A los que luchan por la dignidad de todos. A los huelguistas de la sanidad pública, a los combatientes de la marea verde, a los investigadores y científicos que no quieren emigrar, a los trabajadores de Canal Nou, a los de Telemadrid, a todos los periodistas que no han renunciado a su oficio, a los voluntarios que paran los desahucios, a los jueces que se niegan a que la justicia se convierta en un privilegio, a los farmacéuticos que se saltan la ley a la torera, a los que trabajan gratis en cualquier sector para mantener en pie los servicios que este Gobierno está arrebatando a los ciudadanos cuyos intereses debería proteger, a los que se movilizan, a los que se indignan, a los que protestan por ellos y por los demás.

A los pequeños héroes de la vida cotidiana. A los pensionistas que mantienen a sus hijos en paro con una pensión raquítica. A los abuelos que esta noche cenarán una tortilla francesa para que sus nietos no se queden sin juguetes. A las cocineras que harán milagros con el dinero que hace poco se gastaban sólo en turrón. A los que cantan y bailan con un sapo atravesado en la garganta. A los que van a contribuir a encender las luces de sus casas con la miseria que cobrarán el 8 de enero por veinte días de trabajo temporal, sirviendo mesas o empaquetando regalos. A los que recuerdan Navidades mucho más pobres, y se extrañan de que éstas nos den tanto miedo.

A los que lo están pasando mal. A los que no tienen trabajo, a los que no ven la luz, a quienes no duermen por las noches, a quienes sienten que les han robado el futuro. A todos ellos, cualquiera que sea el significado de esas palabras en este año maldito, feliz Navidad. A los demás, no. A los culpables, a los corruptos, a los indiferentes, a los insolidarios, a los mentirosos, lo único que les deseo es que se intoxiquen con una ostra justiciera. Ojalá.


Referéndum

3 SEP 2012 El País- Opinión

Lo que está haciendo el gabinete de Rajoy no es gobernar, sino desmontar, uno por uno, los derechos y libertades que cimentaron el espíritu de la Constitución de 1978.


¿Han sido felices este verano? Espero que sí, porque la memoria de esa felicidad va a resultar imprescindible en los próximos meses. Y no crean que invoco las tinieblas del otoño para llamarles a la resignación ante el rescate inevitable. Me propongo animarles a hacer más bien lo contrario.

Los taurinos saben que un toro manso es más peligroso que uno bravo. Los aficionados al boxeo, que la reacción de un púgil acorralado puede ser más violenta que la de su rival. Este gobierno manso, que está contra las cuerdas, no sólo ilustra admirablemente estas metáforas, sino que además, y eso es lo más grave, desborda con creces el mandato que recibió en las urnas. Una mayoría absoluta jamás puede servir de coartada para minar el consenso democrático, fulminando por decreto las bases de una convivencia acordada por la mayoría de los españoles. Por eso, lo que está haciendo el gabinete de Rajoy no es gobernar, sino desmontar, uno por uno, los derechos y libertades que cimentaron el espíritu de la Constitución de 1978.

Si entonces los ciudadanos fueron llamados a las urnas para aprobar aquel texto en referéndum, hoy no pueden asistir impasibles al espectáculo de su demolición, a manos de un gobierno tan inepto como soberbio, que no sólo no se molesta en informarles de unos acuerdos que van a empeorar sus condiciones de vida durante generaciones, sino que a la vez intenta impedir por cualquier medio que se difundan teorías contrarias a las suyas. Esta crisis, que es mucho más que una coyuntura económica, sólo terminará cuando ocupen el poder políticos capaces de hacer política, y consultar a los ciudadanos, respetar su opinión, es la primera obligación de un demócrata. Si Rajoy tiene miedo de convocar un referéndum, debería dimitir, en lugar de embestir como un toro manso contra los ciudadanos cuyos intereses debería proteger.



http://elpais.com/elpais/2012/08/31/opinion/1346412300_976481.html

 Feliz verano

Es el tiempo de la felicidad. Apúrenlo y no piensen en el invierno que nos espera.

9 JUL 2012 - El País


Hay muchas cosas buenas que salen gratis. Pasear por la mañana temprano, cuando el sol es tierno, tímido como la brisa que coquetea con las hojas de los árboles. Caminar de madrugada por calles tan llenas de gente como en los mediodías del invierno, para asombrarse de la euforia silenciosa de las parejas que se besan en los bancos, o apoyadas en los pilares de las plazas porticadas. Los que viven cerca del mar lo tienen fácil, pero también es una fiesta meter en una tartera la comida prevista para consumir en casa, despacharla sobre una manta, en la hierba de algún parque, y tumbarse después a la sombra. Asistir a los conciertos de las bandas que suelen tocar en quioscos de parques y plazas mayores los domingos por la mañana. Y frecuentar las bibliotecas públicas, mientras duren.

Hay muchas cosas buenas que salen muy baratas. Una botella de vino para beberla despacio, en casa, al atardecer y entre amigos. Un buen libro de bolsillo, que proporciona una emoción que dura más que el vino y cuesta casi lo mismo. Un cine de verano, el lugar ideal para hacer manitas. Una ración de ensaladilla rusa y dos cañas, en la terraza de un bar cualquiera, antes o después del cine de verano. Enamorarse es un milagro todavía más barato, tan caro que, sin embargo, no se puede fabricar.

El verano es el tiempo de la felicidad. Apúrenlo y no piensen en el invierno que nos espera. Porque nuestros abuelos lo tuvieron muchísimo peor que nosotros y si no hubieran vivido, si no hubieran sabido disfrutar de la vida, si no se hubieran enamorado en tiempos atroces, nosotros no estaríamos aquí. Si existe una cosa que sabemos hacer bien los españoles es ser pobres. Lo hemos sido casi siempre, pero eso no nos ha hecho más desgraciados, ni más tristes que los demás. Recuérdenlo y sean felices, porque la felicidad también es una forma de resistir.


http://elpais.com/elpais/2012/07/06/opinion/1341572523_809224.html


Guindos

En esta situación de desgobierno absoluto, mientras tus ministros se quedan alelados mirando las gráficas de la Bolsa, la alusión de Merkel a la herencia es la guinda.

Almudena Grandes 4 JUN 2012 - El País

Rajoy no discrimina. Como sus ministros hablan idiomas, pueden ir largando por el mundo el mismo rollo que sueltan en casa. Así, hasta Merkel se ha mostrado comprensiva con “la difícil herencia” del pobre Mariano. Mientras el políglota De Windows vuelve a quedarse en De Guindos, conservando a duras penas la distinguida preposición que muy bien puede caerse —del guindo— en cuanto que Draghi le pegue otro meneo, Angela protege a su colega de los catastróficos resultados de la gestión de Bankia intentando echarle la culpa a Zapatero, que para eso está. Y nuestro presidente respira aliviado, como si todos sus compatriotas fuéramos tontos.

No somos tontos, Mariano. Yo comprendo que a veces lo parecemos. Ahora que una diputada de Coalición Canaria ha explicado con qué argumento la presionó Montoro para que votara contra el gobierno socialista en 2010 —“deja caer a España, nosotros la levantaremos”—, es comprensible, por ejemplo, que tu ministro de Hacienda piense que hay millones de españoles idiotas. Tendría sus razones, porque muchos votantes del PP creyeron honestamente en su diagnóstico, y al caerse del guindo, se han hundido en la sima más honda que hemos conocido en décadas.

En esta situación de desgobierno absoluto, mientras tus ministros se quedan alelados mirando las gráficas de la Bolsa como si fueran el único idioma que no conocen, la alusión de Merkel a la herencia es la guinda, y nunca mejor dicho. Quizás, Mariano, podrías enviar a alguien que dominara el alemán para explicarle a tu socorrista a qué partido pertenece Rato, y quiénes gobernaban en Madrid y Valencia para poner y quitar consejeros en Cajamadrid y Bancaja, mientras alardeaban de la modélica gestión de ambas cajas y de la pujanza de sus respectivas economías. No vaya a ser que, al final, en Europa acaben opinando que el más tonto de todos eres tú.


http://elpais.com/elpais/2012/06/01/opinion/1338543549_287289.html


Papel mojado

Almudena Grandes 28 MAY 2012 El Pais

Es llamativa la resistencia de este Gobierno a reconocer la legitimidad de las organizaciones sindicales.
 
Si el miércoles pasado yo no hubiera estado en la puerta del Palace, esta semana volvería a recomendarles que se dedicaran a tomar el sol. La limosnita que ha pedido Bankia, la soberbia de Dívar, la habilidad con la que Aguirre, una vez más, ha logrado escurrir el bulto de sus mentiras sobre el déficit de la Comunidad de Madrid, lanzando un anzuelo tan extremadamente burdo –que si silban o si no silban- que parece mentira que todo el mundo haya vuelto a morderlo, no son para menos. Pero el miércoles yo estaba en la puerta del Palace cuando vi a Teresa, una dirigente de la UGT que bajaba la cuesta con la cara desencajada.

En aquel momento no llevaba insignias ni banderas, ningún logotipo que la identificara. Con un uniforme de simple ciudadana, estaba parada en la Carrera de San Jerónimo, frente al Congreso, esperando a unos amigos, cuando vio a un policía venir derecho hacia ella. ¿Es usted de un sindicato?, le preguntó sin más preámbulos. Sí, señor, le contestó, desde hace muchos años. Entonces, el policía, señalando con el índice hacia la plaza de Neptuno, donde iba a celebrarse una velada de protesta contra la reforma laboral, le dijo, pues váyase para abajo porque no tiene usted permiso para estar aquí.

Ya sé que, con la que está cayendo, este diálogo parece poca cosa, pero yo creo que no lo es. Porque no se trata, ya no, de la proverbial resistencia de este gobierno a reconocer la legitimidad de las organizaciones sindicales, sino de un indicio gravísimo de degradación de las instituciones. En un estado democrático, un policía no puede impedir a un ciudadano que esté donde le dé la gana, siempre que no esté delinquiendo. Y la pertenencia a un sindicato, no sólo no es un delito. Es, todavía y además, un derecho recogido en el artículo 28 de la Constitución, ese texto que cada vez se parece más a un papel mojado.


http://elpais.com/elpais/2012/05/25/opinion/1337937157_611335.html

‘Carpe diem’


Nuestros antepasados latinos nos lo enseñaron: disfruta del día, no desperdicies las horas de hoy, porque son únicas e irrepetibles
21 MAY 2012 - El País


No es que no tenga temas sobre los que escribir. En realidad, lo único que sobra últimamente en España son argumentos de ficción y no ficción, casi todos, por desgracia, del género de terror. Corralito sí, corralito no, los recortes de los viernes, la prima por las nubes, la Bolsa por los suelos, la soledad del banco azul, el talento de Rato, el porvenir del Estado de las Autonomías... Y así, hasta el infinito. Podría escribir muchas columnas diferentes, todas de rabiosa actualidad. Pero la actualidad últimamente es tan efímera, que las verdades como catedrales de hoy resultarían pasado mañana delirantes ensueños de optimismo.

Por eso prefiero volver la vista atrás, hacia nuestros antepasados latinos, que para los bárbaros del Norte eran un hatajo de holgazanes hedonistas y derrochadores, ensimismados en placeres estériles, tan improductivos como la filosofía. Ellos nos lo enseñaron, disfruta del día, no desperdicies las horas de hoy, porque son únicas e irrepetibles, porque son tuyas, y cuando vuelen, no las recuperarás.

Eso es todo lo que puedo decirles hoy, carpe diem, porque ni siquiera Merkel tiene poder para arruinar la dulzura de la primavera en el sur de Europa, el aire fresco, crujiente, de estas mañanas que parecen estrenar el universo entero en cada amanecer. Disfrútenlas, salgan a la calle, siéntense al sol y resistan en el bendito nombre de la felicidad. Niéguense a acatar una angustia mucho más estéril, más improductiva que el optimista hedonismo que nos reprochan, porque los que dicen que saben, no saben nada, porque los que tenían la clave, no tienen ni puñetera idea, porque la verdad de ahora, será mentira mañana, pero el día de hoy nunca volverá. Carpe diem. Piensen en latín, porque si alguien ha sabido alguna vez lo que significa perder un imperio, fueron ellos, y sin embargo, aquí seguimos estando.


Cerillas y dinamita

Ajmudena Grandes - El País 07/05/2012

Si la herencia genética de la izquierda española es la desunión, lo que está haciendo el PP es reivindicar con orgullo el gen tradicional de la derecha.

A primera vista, existen motivos para preocuparse. La obsesión del gobierno de España por el ejercicio de los derechos civiles de la ciudadanía proyecta sombras oscuras, y alargadas, sobre la paz social. El ostentoso despliegue policial que tomó Barcelona la semana pasada, los controles de la Jonquera, las advertencias, progresivamente asimilables a amenazas, que profieren diversos ministros ante cada nueva convocatoria de movilización contra los recortes semanales de Rajoy y el intento de criminalizar la actividad sindical que absorbe por igual al poder y a sus portavoces mediáticos, dibujan un panorama aún más negro por bien conocido.

Si la herencia genética de la izquierda española es la desunión, lo que está haciendo el PP es reivindicar con orgullo el gen tradicional de la derecha. Desde siempre, cuando un gobierno conservador ha tenido dificultades en España, ha intentado salir del atolladero tocando la pandereta, cortejando a la Caverna inmortal y echándose al monte con un trabuco entre las manos. Se trata, en otras palabras, de ejercer la oposición desde el poder, de sembrar la crispación y la radicalización desde unas instituciones cuya principal función es prevenirlas.

Pero no se equivoquen. Fernández Díaz no estaba deseando llegar al Ministerio del Interior para que la policía cargue contra los madridistas en Cibeles y detenga en la frontera a activistas antisistema. Lo que pasa es mucho peor. Se trata de echar balones fuera, de ganar tiempo, de distraer a la opinión pública, aun a costa de hacer experimentos con cerillas y dinamita, de la verdadera angustia de un gobierno desfondado, que en unos pocos meses ha agotado todas sus ideas, sus recursos, y que no sabe qué hacer. Por eso, si lo piensan dos veces, se darán cuenta de que hay muchos más motivos para preocuparse de lo que parece a primera vista.

http://elpais.com/elpais/2012/05/04/opinion/1336136457_750447.html



 Incomprensión

Almudena Grandes - El País 2 ABR 2012

Comprendo que el Ayuntamiento de Mostar, o quienquiera que haya programado la visita del rey para el 29 de marzo, no podía tener en cuenta la convocatoria de huelga general.

Yo comprendo que la fecha no habrá sido una elección de la Zarzuela. Comprendo que el Ayuntamiento de Mostar, o el Gobierno de Bosnia-Herzegovina, o quienquiera que haya programado la visita del rey de España para el 29 de marzo de 2012, no podía tener en cuenta la convocatoria de huelga general que las centrales sindicales españolas habían fijado para esa fecha. En la educación de Juan Carlos I, la formación militar desempeñó un papel tan relevante que es muy comprensible su interés por asistir a un homenaje al ejército español, sobre todo cuando se trata de reconocer el trabajo humanitario que llevó a cabo en una ciudad asolada por una guerra tan específicamente bárbara como todas las guerras civiles. Yo comprendo muy bien todo esto, e incluso que el Jefe del Estado no apruebe la convocatoria de una huelga general, porque un rey es, por definición, una persona de orden.

Pero los trabajadores que ejercieron su derecho a la huelga el jueves pasado, no son ni más ni menos ciudadanos del Estado español que quienes se opusieron a ella. En unas circunstancias económicas muy penosas, en condiciones laborales muy precarias, 10 millones de españoles afrontaron el riesgo de llamar la atención en sus empresas, y la rebaja de un día de sueldo, para proclamar su derecho a un trabajo digno. No hicieron huelga por capricho, ni para quedarse durmiendo una hora más, ni para armar jaleo por la calle. Lo hicieron para defender su herencia, el saldo de un siglo de lucha, de cárcel, de muertos que también fueron ciudadanos del Estado español y arriesgaron todo lo que tenían, y lo perdieron, para que sus hijos, sus nietos, llegaran a vivir mejor que ellos. Eso era lo que estaba en juego en España el 29 de marzo, lo que sigue estando en juego hoy.

Por eso, lo único que no consigo comprender es lo que en la Zarzuela no han entendido.


 http://elpais.com/elpais/2012/03/30/opinion/1333101696_999023.html

Micrófonos

Almudena Grandes EL PAÍS 13 FEB 2012

 

No existen adjetivos para calificar la vergüenza que representa la condena a Garzón por el caso Gürtel

Luz y taquígrafos. Por más que nuestras instituciones democráticas desdeñen a diario su propia tradición, esta expresión acredita la antigüedad del parlamentarismo español. Podría pensarse que está anticuada, pero es un error. Debemos seguir pidiendo luz y taquígrafos, porque ninguna perversión tecnológica es comparable a la que ha desvirtuado la naturaleza de los micrófonos en los últimos días.

Concebidos para amplificar la voz humana, para dejar constancia de la verdad, los micrófonos se han convertido en la herramienta más útil de los que estafan, de los que mienten, de los que engañan. Rajoy los empleó en campaña para prometer que iba a acabar con el paro, y los volvió a usar en Bruselas para cargar a los sindicatos con la responsabilidad de una huelga general. Guindos ha vuelto a convocarla al asegurar, ante un micrófono, que la reforma laboral será “extremadamente agresiva”, aunque no evitará que 2012 termine con casi seis millones de parados. Pero, una vez más, el Tribunal Supremo se lleva la palma. Porque no existen adjetivos para calificar la vergüenza que representa la condena a Garzón por el caso Gürtel.

Cuando en España se pedían luz y taquígrafos, se llamaba a las cosas por su nombre. Los micrófonos que instaló un juez para probar un delito continuado de corrupción, no sólo han servido para condenarle. También han provocado, a juzgar por las declaraciones del abogado de Correa, la nulidad virtual de la causa contra su cliente. Tras la absolución de Camps y Costa, los delincuentes no sólo vuelven a ganar, sino que logran apartar de los tribunales al juez que probó su delito, y por último, pero quizás en primer lugar, persuadir a todos los demás de que les conviene pensar dos veces antes de actuar contra ellos. Yo sólo puedo añadir que tengo tres hijos. Y que me aterra pensar en el país donde van a vivir.


http://elpais.com/elpais/2012/02/10/opinion/1328876319_656172.html

Petición

Almudena Grandes El País 06/02/2012

Yo sé que Angela Merkel no va a leer esta columna. No va a leerla Nicolas Sarkozy, ni David Cameron, ningún líder de la derecha europea, y sin embargo, me dirijo a ellos. Escribo pensando en los diputados del Partido Popular de Estrasburgo, los representantes de los partidos conservadores que surgieron tras la victoria aliada en la II Guerra Mundial para integrarse, sin miedos y sin complejos, en los regímenes democráticos que se fundaron en la incondicional repulsa del fascismo.
Por eso, el estupor que inspira en Europa el proceso al juez que intentó investigar los crímenes del franquismo no tiene un color específico. Los diarios conservadores también han publicado editoriales muy duros, en los que se duda de la imparcialidad de la justicia española. Es lógico. De entrada, y sin contar con los escalofriantes testimonios de las víctimas que seguirán reviviendo el horror en voz alta durante meses, las organizaciones que ejercen la acusación particular serían ilegales en la mayoría de las democracias europeas, donde la apología del fascismo es un delito.
Yo, no pretendo engañar a nadie, soy una mujer de izquierdas. No por eso voy a incurrir en la torpeza de responsabilizar al PP de la actuación de la Sala Segunda del Tribunal Supremo. No es cierto y, por tanto, no sería justo. Pero creo que el hecho de que la derecha española sea la única en toda Europa que nunca ha querido desvincularse expresamente de la experiencia fascista, puesto que jamás ha condenado el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, es un factor clave en el enrarecimiento atmosférico que hace posible que se celebre un juicio como este. Por eso, me atrevo a pedir a la derecha europea que reflexione sobre las implicaciones morales de la actitud de su socio español. Quizás sea ese el único amparo al que todavía puedan recurrir las víctimas del franquismo.

http://elpais.com/diario/2012/02/06/ultima/1328482801_850215.html


Ahorrador

ALMUDENA GRANDES 16/01/2012

El cambio de gobierno ha repercutido también en el vocabulario de la crisis. "Despilfarro" se ha convertido en uno de los términos más populares y entrañables entre nuestros cargos públicos. Funciona, eso sí, como un anatema autosuficiente, sin engorrosas oraciones subordinadas que, de lo contrario, lo identificarían con el esfuerzo del Estado para sostener los servicios públicos, dependencia, educación, sanidad. Voy a pasar por alto estas menudencias, para contar la historia de un ejemplar empresario español.
¿Quieren saber ustedes lo que es ahorrar? Este señor tiene una empresa de construcción que contrata, preferiblemente, a inmigrantes del Este de Europa. Como, aparte de ahorrador, es muy emprendedor, su empresa ofrece servicios de vigilancia para cubrir los fines de semana en almacenes de materiales y obras suyas, o de la competencia. ¿Genera, por tanto, riqueza, ilusión, puestos de trabajo? Yo diría que no, porque sus trabajadores se ven obligados a trabajar los siete días de la semana, como obreros de lunes a viernes, como vigilantes sábados y domingos. ¿Por qué? Porque si no, se van a la calle. ¿Este extenuante, e ilegal, ritmo de trabajo enriquece al menos a sus víctimas? Tampoco, porque les paga la mitad del sueldo, cuatro horas en lugar de ocho, y los fines de semana al mismo precio que los días laborables. ¿Por qué? Porque si no, se van a la calle.
Les prometo con la mano en la Constitución que esta historia no me la he inventado yo. No puedo escribir aquí, sin embargo, el nombre de este modélico empresario, porque la chica rumana que me contó en qué condiciones trabajaba su novio, no quiso decírmelo. ¿Por qué? Porque temía que si yo lo publicaba, él se fuera a la calle. Pero espero que, hasta sin ese dato, los enemigos del despilfarro se hayan emocionado con su ejemplo. Desde luego, no se puede pedir más.


Placer
ALMUDENA GRANDES 09/01/2012
Es un chiste muy viejo, y seguramente, ni siquiera muy bueno, aunque a mí me gusta porque parece hecho a mi medida. Un español le dice a otro: yo soy de izquierdas, republicano y del Atleti. El otro se le queda mirando con cara de pena y le pregunta: ¿y tú, cuándo disfrutas?
El 20 de noviembre, al conocer el resultado de las elecciones, evoqué, como tantas otras veces, este chiste. Lo que jamás pensé es que la actitud del nuevo Gobierno volvería a recordármelo tan pronto. La expresión con la que Sáenz de Santamaría, los ojos duros, el gesto forzadamente adusto y esa vocecilla de matona que le ha sobrevenido con la vicepresidencia, advierte que esto es solo "el principio del principio", me inspira una pregunta semejante a la del chiste: ¿y para esto queríais el poder? Tanta chulería, tanto sacar pecho, tanto prometer el regreso a 1996 y que España volvería a importar en Europa, ¿para esto?
Como, a pesar de las apariencias, no es razonable suponer que Soraya disfrute chinchando a los españoles, como no habrá disfrutado Rajoy, supongo yo, arrodillándose ante Merkel, que es quien ha conseguido que suban los impuestos en un país donde nadie la ha votado, es legítimo especular con las oscuras fuentes de placer del Gobierno del PP. Como muestra, basta la congelación del salario mínimo interprofesional, una medida que ni estimula el crecimiento, ni crea riqueza, ni incentiva el ahorro, ni hace otra cosa que agravar la situación económica. ¿De todos? No. Los empresarios están tan contentos como los alemanes. Si esto es lo que Rajoy entiende por gobernar para la mayoría, todavía tendré que agradecerle la oportunidad de darle la vuelta al chiste de mi vida. Cuando sus votantes empiecen a pagar por las recetas, podré advertirles que se lo tienen muy bien empleado. Será un placer mezquino, lo sé, pero no dejará de ser un placer.
http://www.elpais.com/articulo/ultima/Placer/elpepiult/20120109elpepiult_1/Tes  

La pobreza
ALMUDENA GRANDES 26/12/2011
A menudo pienso en la pobreza. El curso de los acontecimientos me devuelve imágenes de mi infancia, muchachas sin medias ni abrigo que andaban deprisa, protegiéndose apenas de las peores mañanas del invierno con una chaqueta de punto cruzada sobre el pecho, hombres oscuros, de pelo muy corto, que llevaban las solapas de las americanas levantadas y una maleta de cartón en la mano mientras andaban por la calle sin rumbo fijo. Eso pasaba en un país pobre, que se llamaba España, y no hace tanto.
Luis de Guindos, que hace mucho menos tiempo dirigió Lehman Brothers en España y Portugal, ha declarado que recuperaremos el nivel de bienestar que nunca deberíamos haber perdido. Comprendo que en su toma de posesión como ministro de Economía no habría sido indicado añadir "por culpa de la crisis financiera desencadenada por la quiebra de la compañía de inversiones para la que trabajaba yo mismo", pero podría haberse ahorrado la frasecita. Si no lo ha hecho, es porque se lo puede permitir. Por eso, al escucharle, volví a pensar en la pobreza.
Si, como parece, estamos condenados a ser otra vez pobres, nos conviene recuperar la estampa de las mujeres y los hombres sin abrigo que cruzaron el frío de nuestra infancia. No para asumir que tendremos que volver a vivir como ellos, sino para aprender las lecciones que podamos extraer de su experiencia. En el umbral del pavoroso abismo que se lo traga todo, las fotografías antiguas se tiñen de una pequeña y profunda ternura. A los españoles no se nos ha dado bien ser ricos, pero hemos sabido ser pobres con dignidad durante muchos siglos, y aquí seguimos estando. No pretendo amargarles la Navidad, al contrario. Si rebuscan entre las imágenes de su infancia, tal vez estén de acuerdo conmigo en que no podemos dejar una herencia mejor a nuestros hijos que la memoria de una pobreza con dignidad.

 
http://www.elpais.com/articulo/ultima/pobreza/elpepiult/20111226elpepiult_2/Tes




Dinastías
ALMUDENA GRANDES 02/01/2012
La clave estaba en la cuarta fila. Tres filas por detrás de la impúdica exhibición de un desgarro estereotipado, los ciudadanos que rellenaban el plano eran muy conscientes de que solo estaban allí para hacer bulto. Por tanto, no actuaban, no chillaban, no lloraban, no se revolcaban por la nieve. Eran los extras de una película con dos protagonistas, el padre y el hijo. Kim Jong-il, ese tupé y esas gafas, no habría llamado la atención en una peli de artes marciales, como el mafioso oriental que frecuenta clubes de strip-tease. Kim Jong-un, aturdido y obeso, con cara de pocas luces, parecería en el cine exactamente lo mismo que en la realidad, ni más ni menos que el heredero de su padre. La clave está en la sangre. Los dictadores invocan el poder de ese líquido precioso que derraman sin piedad cuando corre por las venas de otros cuerpos, para perpetuar el suyo y sobrevivir simbólicamente a su propia muerte. Se van, pero se quedan, porque dejan una raíz, que es a la vez fruto y semilla de su herencia. La sangre, ese vulgar compuesto que garantiza la vida, se impregna así de valores morales e intelectuales que le son ajenos. La bondad, la sabiduría, la ejemplaridad, se heredan en unas pocas familias del mundo como los demás heredamos la forma de la nariz o el color de los ojos.
La dinastía norcoreana es más triste en la medida en que copia el modelo de las monarquías que el formidable impulso emancipador del que proviene pretendió eliminar para siempre. Pero todas las dinastías, antiguas o recientes, en Oriente y en Occidente se fundan en la misma superstición, el prestigio sobrehumano de un simple mecanismo biológico. Si me pinchan, sangro, decía Hamlet, y era un príncipe. Que Urdangarin se siente o no en el banquillo, es lo de menos.
Ojalá el año 2012 nos traiga salud y un poquito de República, como decía Ángel González.
http://www.elpais.com/articulo/ultima/Dinastias/elpepiult/20120102elpepiult_1/Tes



Una estampa navideña
ALMUDENA GRANDES 31/12/2011


Yo este año no quiero cenar mucho, mamá, ¿eh? Y el turrón, ni probarlo, que estoy a dieta...
Las niñas, que bordeaban la frontera que separa la adolescencia de la edad adulta, fueron las que antes reaccionaron, pese a que carecían de responsabilidad, o quizá precisamente por eso.
-Oye, mamá, ¿me prestas para Nochevieja tu chaqueta de lentejuelas? Este año no vamos a comprar entradas para ninguna fiesta. La hacemos en el garaje de Mateo y nos ahorramos el garrafón, que todavía me acuerdo de la resaca del año pasado...
Respecto a sus padres, él sufrió más, porque se sentía más culpable. Se daba cuenta de que su angustia era fruto de un tradicional prurito masculino, pero eso no aliviaba su sufrimiento. Tampoco el hecho de que siguiera ganando más que su mujer, funcionaria con el sueldo recortado y media paga extra aplazada sin fecha. Él, de momento, percibía su salario íntegro, pero no había visto ni un céntimo de la paga desde que el director general hizo un bello discurso sobre la solidaridad que la empresa requería de sus empleados y la necesidad de que remaran todos a una para mantener el barco a flote. Y eso no había sido lo peor.
-Lo siento, cariño, pero... Este año no hay cesta.
-¡Ah, bueno! Qué susto me has dado -ella sonrió, fue hacia él, le abrazó, le besó en el cuello-. Creía que había pasado algo grave.
Era muy grave, porque ya había decidido tirar del regalo de la empresa, esas botellas que antes despreciaban y los mediocres embutidos que solían acompañarlos, para la cena de Nochebuena. Tenían dinero ahorrado, así que no era imprescindible, pero sí necesario. Había decidido escatimar en los festines y estirarse en los regalos de Reyes, sobre todo porque no pensaba gastarse ni un céntimo en chorradas. Mientras hacía la cena, intentó replantear los menús que tenía pensados: el caldo, que no era tan caro; unos entremeses sin marisco, si acaso langostinos congelados, y en vez de cordero, un solomillo de cerdo en hojaldre o hasta pechugas Villaroy, que a las niñas les gustaban mucho; besugo, ni de coña, y cava sólo en Nochevieja, que es cuando hay que brindar... Sus padres, que habían venido a pasar el mes de diciembre en su casa, la miraban y no decían nada. Si la preocupación le hubiera consentido mirarles, se habría dado cuenta de que podían leer en su cara como en un libro abierto.
A la mañana siguiente, cuando entró en la cocina como unas Pascuas, les vio sonreírse y no lo entendió, pero tampoco le dio mucha importancia. Nada tenía importancia después de una noche de sexo derrochador, irresponsable y meridional, como la que su marido y ella le habían brindado a Angela Merkel y al FMI mientras se compensaban mutuamente, él porque no había cesta, y ella porque le había sentado fatal que no la hubiera. Mira, había pensado al mirarse en el espejo recién levantada, con un aspecto espléndido aunque no había dormido ni cuatro horas, entre un jamón de Guijuelo y esto... Todavía le mando un christmas al jefe de mi marido, no te digo más.
-¿Y qué vas a hacer en Nochebuena, hija?
-Pues no lo sé todavía, mamá, pero no te preocupes, que cenaremos bien.
-No, no, si eso ya lo veo...
Y esta bruja -se preguntó a sí misma cuando se fue a trabajar- ¿cómo lo sabe? Mientras tanto, sus padres recordaban otros tiempos, los de su juventud, y antes los de su niñez. Los dos habían nacido en la tercera década del siglo XX. Él recordaba detalles, sonidos, imágenes de la guerra. Ella no, pero si cerraba los ojos podía ver la cartilla de racionamiento de su familia igual que si la tuviera entre las manos. Después habían seguido pasándolo muy mal. Él había estado a punto de emigrar a Suiza, como su primo Andrés, porque iba todos los años a vendimiar a Francia y se moría de pena al volver, pero en uno de aquellos viajes conoció a una chica que no quería vivir en el extranjero, y se quedó con ella. Su primera casa fue un cuarto realquilado, y su hijo mayor nació antes de que pudieran pagar un piso para ellos solos. Él llegó a tener hasta cuatro empleos a la vez. Ella cosía, metía pasquines en sobres, metía propaganda en los buzones, hacía muñequitos de fieltro, y los domingos se iba a su pueblo a comprar hortalizas que vendía después en una mesa plegable, en la puerta del mercado. Entre tanto, hubo muchos días de desesperación y muchas noches memorables. Esa había sido su vida, y al cabo ninguno de los dos la habría cambiado por otra.
-Pero, papá, mamá... -la mañana del 24 de diciembre, cuando abrió el paquete que habían traído de la pescadería, gambas, quisquillas y hasta media docena de cigalas gordas, su hija les miró como si tuviera visiones-. ¿Os habéis vuelto locos?
-No, hija mía -fue él quien contestó-. Lo que pasa es que no tenéis ni idea de lo que es una crisis.
Feliz 2012.

http://www.elpais.com/articulo/portada/estampa/navidena/elpepusoceps/20111231elpepspor_110/Tes


Resignación

ALMUDENA GRANDES 14/11/2011


Aunque parezca mentira, cualquier tiempo pasado fue peor. No considero la riqueza fácil de la burbuja inmobiliaria porque, en la medida en que sus consecuencias se manifiestan a diario, aún forma parte de nuestro presente. Hablo del auténtico pasado de un país pobre y acostumbrado a su pobreza, sometido a la oscuridad del analfabetismo y la superstición, humillado a un destino de perpetuas humillaciones. Esa es nuestra tradición, el indeleble carisma que marcó desde la cuna a generaciones y generaciones de españoles que, al mirar el mundo, solo alcanzaron a distinguir los matices del color negro.
Pienso en ellos al ver los debates televisivos, al leer las encuestas electorales, al escuchar los dictámenes inapelables de las múltiples encarnaciones del terrorismo financiero mundial. Y pienso que eran mucho más pobres que nosotros pero, a la vez, mucho más ricos. Porque les sobraba lo que a nosotros nos falta, determinación para tomar en sus propias manos las riendas de un futuro que, por definición, nunca está escrito. Y, sobre todo, porque les faltaba lo que a nosotros nos sobra, la resignación ante un porvenir escrito por otros.
En la última recta de la campaña, ninguna crisis me parece tan grave, tan triste, como el imperio de la resignación, la fuerza política que, según todos los indicios, será la gran ganadora del 20-N. Por eso escribo pensando en los más jóvenes, en los que gritan en la calle, en quienes no se merecen heredar este horizonte de desolación sin límites. Y no les pido solo que voten, sino que aprendan las lecciones del pasado. Así serán conscientes de que su voto es un arma muy bien afilada, y el único recurso capaz de desenmascarar a quienes mienten. Porque no hay nada escrito. Nuestro futuro está en nuestras manos, pero todos los caminos para conquistarlo pasan por la derrota de la resignación.

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Resignacion/elpepiult/20111114elpepiult_2/Tes



Atraco

ALMUDENA GRANDES 28/11/2011


Los ricos siempre han podido permitirse el lujo de ser elegantes. La caridad, la generosidad, y hasta la condescendencia con los pobres, quedan bien y salen gratis. Pero los parias no tienen más patrimonio que la rabia, porque su miseria es fruto de la codicia de quienes tienen más y nunca tienen bastante. Por eso, suelen hacer papeles feos, que encarnan el rencor, la torpeza, el egoísmo. Ese es el papel que yo voy a representar aquí, pero antes les voy a explicar por qué.
Si mi voto valiera lo mismo que el de Sáenz de Santamaría, analizaría mi victoria con la preocupación de constatar que, después de haberles mentido tanto, los ciudadanos ya saben que a los mercados les importa un bledo que gobierne o no Mariano. Si mi voto valiera lo mismo que el de Duran i Lleida, celebraría la astucia de los míos, que apenas han esperado unas horas para imponer los recortes que han ocultado durante la campaña. Si mi voto valiera lo mismo que el de Martín Garitano, afrontaría el futuro con optimismo. Si mi voto valiera lo mismo que el de Josu Erkoreka, me sentiría, al menos, salvada por la campana. Si mi voto valiera lo mismo que el de Rubalcaba, estaría aterrada, lo confieso, ante el panorama de un congreso ordinario que consolidara el liderazgo de los grandes perdedores de la historia del PSOE ante el horizonte de la representación parlamentaria más endeble desde 1977.
Todo eso haría yo si mi voto valiera lo mismo que el de los demás, y quedaría como una señora, pero no me lo puedo permitir. Los parias, ya se sabe, somos rencorosos, torpes, egoístas, y la papeleta de IU que yo meto en la urna, siempre vale menos que otras. Esta vez, por ejemplo, ni siquiera la tercera parte de lo que ha valido una papeleta de Amaiur. Así, me permitirán que condense mi análisis del resultado del 20-N en una sola frase: la ley electoral es un atraco.

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Atraco/elpepiult/20111128elpepiult_2/Tes


¡Aleluya!

ALMUDENA GRANDES 05/12/2011


Mariano ha hablado. Tras este titular, grave e intenso como el humo que anuncia la elección de un nuevo sumo pontífice, sus declaraciones han sido contundentes: la cosa está difícil. ¡Aleluya!, habrá exclamado en su casa cada uno de los cinco millones de españoles en paro, menos mal que me lo explica alguien, porque no me había enterado, la verdad...
Humo sobre humo, humo tras el humo, y solo humo, Mariano sigue siendo más elocuente en sus silencios que en sus palabras, pero otros hablan por él. Para decirnos, por ejemplo, que la solución de la crisis consiste en que, a lo largo de 2012, los españoles perdamos un 15% de poder adquisitivo. Es decir, que solo siendo un 15% más pobres podremos empezar a dejar de ser pobres. Esto no es un enigma para imbéciles, dicen, sino la única solución realista para un país que ha vivido por encima de sus posibilidades.
Esta mentira avala el silencio de Mariano. La verdad es que los españoles no han vivido ni por encima ni por debajo, sino al nivel de las posibilidades que el director de su banco les otorgaba mientras les daba créditos a troche y moche, unas posibilidades infinitas porque se edificaba hasta el último palmo y el precio de los inmuebles subía como la espuma. Decir lo contrario es pretender que los culpables de esta crisis sean sus víctimas y, en consecuencia, las víctimas los culpables. Pero Mariano ha dicho también, ahora que ya no conviene seguir culpando de todo a Zapatero, que no es un problema exclusivo de España. ¡Aleluya!, exclamemos todos de nuevo. La banca alemana, sin ir más lejos, se forró con la burbuja de la deuda griega, y ahora la ruina de los griegos es la única solución para que no pierda un céntimo de lo que ganó con su especulación. Esa es la verdad que Mariano nunca dirá, así que, bien mirado, es mejor que no hable. Está, incluso, más guapo callado.

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Aleluya/elpepiult/20111205elpepiult_2/Tes


Rectificación

ALMUDENA GRANDES 12/12/2011


No hay acuerdo para castigar la tala de árboles en el Amazonas. No hay acuerdo para renovar un compromiso que limite las emisiones de CO2. No hay acuerdo para refundar el euro. Todas las noticias son malas, y todas las malas noticias tienen el mismo origen. Si a los europeos les falta dinero para consumir, las potencias emergentes solo pueden crecer a base de deforestar selvas o de contaminar la atmósfera para reducir costes. El apocalíptico Leviatán que nos acosa, lo está poniendo todo boca abajo. Y esta vez, todo quiere decir todo.
No sé si rectificar es de sabios, pero me dispongo a hacerlo con mucho gusto. Después de llevar media vida afirmando que la Monarquía es una forma de Estado anacró-nica, esencialmente incompatible con los principios básicos de la democracia, el yerno del Rey me ha demostrado cuán equivocada estaba. Su trayectoria basta para contextualizar, con admirable contundencia, esa institución a la que ya no sabemos si representa o no. Porque en la España de la burbuja y el pelotazo, es difícil encontrar a alguien que haya llegado tan lejos.
Urdangarin le sacó un millón al Gobierno balear a cambio de proponerle que el Tour, nada más y nada menos, corriera una etapa en las islas. ¿Qué significan la geografía y la historia a la hora de hacer un buen negocio? Nada, así que no digamos ya los Pirineos, y mucho menos el Mediterráneo, ese despreciable charco. Lo notable no es que Urdangarin lo planteara, sino que en Mallorca se lo pagaran, y no digo que se lo creyeran porque la que no se lo puede creer soy yo, así que alguien más pondría la mano por el camino. Naturalmente, el Tour se quedó en Francia, pero esa minucia no implicó reembolso alguno. Así las cosas, nada tan extraordinario como que siga habiendo españoles que opinan que una República nos saldría más cara. Pues menos mal.

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Rectificacion/elpepiult/20111212elpepiult_2/Tes



Zapatillas
ALMUDENA GRANDES 21/11/2011


¿Votó usted ayer al partido ganador? Enhorabuena. ¿Votó al partido perdedor? Enhorabuena. Con independencia de los resultados que haya cosechado la opción política de cada cual, todos los españoles que ayer tuvimos la oportunidad de meter una papeleta en una urna, estamos de enhorabuena. Porque hemos podido celebrar unas elecciones en una situación de emergencia democrática sin precedentes.
Nuestros primos hermanos, italianos y griegos, no han tenido la opción de acertar o equivocarse. Los mismos mercados que les han hundido, que nos han hundido, han escogido por ellos, descartando la política a favor de la descarnada eficacia de los tecnócratas. Si el estado del bienestar fue una negociación del capitalismo con su propio miedo al estallido revolucionario, una manera de ceder un poco para conservar la parte más grande del pastel, su liquidación, consecuencia de la desmovilización y la apatía de unas fuerzas que ya no asustan a los poderes financieros, implica el vaciado de la misma democracia, que se está viendo reducida a una cáscara sin fruto.
Esa es la enseñanza más importante del 20-N. La principal tarea del gobierno que salga de las urnas debería ser, por encima de todo, la defensa de su propia legitimidad democrática, una independencia emanada de la soberanía popular, sobre la que nada ni nadie debería prevalecer. No va a ser así. En la medida en la que el gobierno Rajoy ceda espacios de poder a los mercados, se irá desvinculando de su propio origen, un patrimonio que los ciudadanos tendremos que defender por otros medios. Por eso, ayer, estrené unas zapatillas ergonómicas para ir a votar. No fue un gasto superfluo. En los próximos años voy a andar tantas veces desde Cibeles hasta Sol, que no creo que lleguen a las próximas elecciones. Si es que llegamos nosotros a celebrarlas en 2015, claro está.

 http://www.elpais.com/articulo/ultima/Zapatillas/elpepiult/20111121elpepiult_1/Tes


Perversidad

ALMUDENA GRANDES 07/11/2011

Mi lado perverso está deseando ver a Rajoy en La Moncloa. Cuando promete extremar la austeridad para crear empleo y paralizar las inversiones públicas para generar riqueza, me lo imagino sentado en su despacho, con un lápiz en la mano, enseñando la punta de la lengua mientras se concentra en la solución de un sudoku monstruoso. Entonces, lo confieso, mi lado perverso piensa en Arenas gritando que su partido va a sacar a España del hoyo con el mismo programa que en 1996, y recuerdo 1996, y lo comparo con 2011, y al concluir que eso solo puede decirlo un cretino o un demagogo, y que Arenas no es un cretino, me digo que, al fin y al cabo, ellos se lo han buscado.
La campaña electoral que acabamos de estrenar, aburre ya de puro vieja. Desde que el PP empezó a pedir el adelanto electoral, su discurso no se ha movido un milímetro. La realidad, sí. Este año, como ustedes recordarán, iba a traernos el final de la crisis, y el año próximo, la recuperación del crecimiento. Eso decían los mismos expertos que ahora dicen que va a ser que no, y que en el mejor de los casos, este proceso se retrasará dos años. Si hemos aprendido algo en los últimos tiempos, es que un economista tiene más peligro que un saco de bombas, pero así y todo, es notable, si no suicida, que un partido que aspira a gestionar una economía en estado crítico, mantenga unas promesas concebidas cuando el rescate de Grecia, sin ir más lejos, iba a ser pan comido.
Hay que tener mucho cuidado con los lados perversos, porque pueden llegar a ser más peligrosos que los economistas. Sin embargo, existe un punto en el que mi lado sano está de acuerdo con su contrario. Para disfrutar a tope del poder que tan desesperadamente desea, Rajoy debería gobernar en minoría, con el capote pequeño de los toreros valientes. España no se merece más. Y él tampoco se merece menos.

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Perversidad/elpepiult/20111107elpepiult_2/Tes